Fábrica de sidra y derivados, destilería, empresa horticultora y agradable restaurante con salones de espicha y vistosa terraza, el Llagar Bernueces sabe armonizar posibilidades
Menús: hay tres propuestas variadas que incluyen sidra, postre y café por 25 y 30 euros.
Media a la carta: 18 euros
La cocina aporta sencillez y esmero: ricos tortos con jamón ibérico y tomate, con picadillo, con pisto de bacalao o en surtido; tortillas de patata o bacalao; pasteles de puerro y marisco; unos suaves y tiernos tacos de lomo de cerdo a la sidra; un gustoso chorizo a la sidra con pisto; fritos de merluza y bacalao; pimientos rellenos de carne...
El bacalao y la merluza estilo Bernueces llegan sutilmente apadrinadas, lógicamente, por la sidra del lugar, y la parrilla asa criollos, chorizos, solomillos y entrecotes.
El cremoso requesón con nueces y miel, la melosa tarta de queso, el suave flan y el clásico arroz con leche ejercen de llambión póker casero.
«Éste siempre fue el llagar de la familia y, aunque durante algunos años nos centramos en los invernaderos, cuando logramos altos rendimientos –tenemos plantados con hortalizas unos cuarenta mil metros cuadrados– decidimos diversificar y retomar la sidra; pero se trata de un sector complicado, saturado y competitivo. Abrimos entonces el muy interesante amplio frente de los derivados de la manzana», nos comenta Miguel Ángel, que, aparte de por sus actividades empresariales, resulta gijonés conocido por las deportivas, dado que llegó a disputar más de una vez el podio en los campeonatos mundiales de judo.
Sus instalaciones y sus productos, también acreditan el cinturón negro.